Sigo buscándote en mis sueños,
sigo perdiéndote como el humo,
Sigo olvidándome de ti cada amanecer,
sigo esperándote aquí… al filo de este abismo.*
Ya no puedo ni mirar los olivos con los mismos ojos,
todos me recuerdan lo que íbamos a hacer y no hicimos.
Ni siquiera he sido capaz de disfrutar de tu playa,
aquella donde solo rehúyo para pensar y llorar,
la misma donde una vez te sentí mía mientras mentías.
Me enseñaste a no confiar en las promesas, a saber
que por muy brillante que parezca la magia no es más que fantasía.
Y ahora cuando podría ser feliz, después de tantos meses,
me enfrento a la verdad: no soy feliz si quito las máscaras.
Y como el sudor que recorre mi piel bajo el sol de septiembre
me siento engorroso, sucio, bajuno y poco apetecible.
Como aquel al que las musas y la poesía abandonaron para irse lejos
me siento vacío, inútil, bajuno y poco apetecible.
Ya no puedo ni pensar, ni sé por qué hago las cosas que hago,
dejo la mente en blanco, sin recuerdos, para que no duela,
pero acaba ocurriendo y acabo viendo olivos junto al acantilado.
Al filo de este abismo… y al filo de este abismo te extraño… herido…*
*Versos de Siddharta, canción «Al filo»: