Basar mi felicidad en tu estado de ánimo es la mayor locura que he hecho nunca.
Pero mi risa está atada a ti, no quiero creer que te ame porque no siento que “eso” sea algo tan leve; pero sí te has tornado importante en mí, en mis días y mi mente. No sé cómo lo haces, pero sólo contigo logro olvidar al resto. Solo contigo puedo hacer desaparecer demonios.
Pero lejos de ti, o si te siento y veo mal todo vuelve a derrumbarse y no sé qué hacer.
Y se me pasa por la cabeza de nuevo grandes locuras que no me llevarán a ningún lado, porque vuelvo a sentirte prohibida, a creer (y saber) que este sentimiento es solo de una dirección, y temporal. No tengo nada que darte haga te quedes aquí, no puedo parar el tiempo por siempre pero sí soñar locuras y no llorar en la noche.
No llorar.